Cuando pensé por primera vez esto de reinventarme profesionalmente, me encontré con un montón de gurús que parecían espiarme los domingos. Sí, justo en ese momento melancólico de moco caído y resoplidos tristones.
Me hablaban de lo odioso que era desperdiciar tu vida en un trabajo monótono que te consume el tiempo y la energía, de lo mal que se vive con apenas tres semanas de vacaciones al año, de lo frustrante que es tener un jefe del que dependa tu salario a final de mes (curiosamente se habla poco de jefas, que también las hay).
Leía artículos de forma compulsiva y me identificaba con cada uno de los puntos de dolor. Me reafirmaba en la idea de que estaban describiendo mi vida laboral. Asqueada, desmotivada y con unas ganas locas de mandar todo a la mierda e irme a vivir debajo de una palmera a una playa tailandesa. Porque si ellos o ellas pueden, tú también.
Sin embargo, cuando empecé a formarme en esto de los negocios online y me metí de lleno en el mundillo de la reinvención profesional, me desvelaron el truco. Y el truco no es otro que meter el dedo en la llaga. Empatizar a través del dolor y de los problemas. Y eso era justamente lo que habían conseguido conmigo. Llevarme al límite. Sacudir mi conciencia y jugar con mi desesperación.
Y funciona. Créeme que funciona eso de darte una bofetada para que te pongas las pilas para luchar por aquello que te están ofreciendo conseguir, peeero (y aquí viene el “pero” emprendético), bajo mi punto de vista, no todo vale o no siempre vale.
Y es que, al utilizar esa estrategia por sistema para atraer seguidores o clientes, se acaba desnaturalizando el propio concepto de empatía pura, y se convierte en una empatía postiza que está pensada (muchas veces con descaro) solo para hacer que te duela y que compres una solución concreta, sin importar si la solución es buena, regular o directamente obvia y carente de valor.
Como muchas sabéis (y a las que no, os lo cuento), huyo de todo lo que sea artificioso, por lo que me parece necesario hacer un poco de análisis crítico y aportar mi reflexión sobre el tema, porque quizá esto evita que os sintáis como las personas más desdichadas del mundo cuando os tocan la fibra sensible.
Tranquilas, lo de remover nuestras miserias es una táctica para que piquemos; como cuando nos ponen un precio con una cifra en grande y luego un noventa y nueve en pequeñito. Pura estrategia de marketing.
Estamos de acuerdo en que hay determinadas situaciones o puntos de dolor que son comunes a la mayoría de la población del primer mundo. Y son esas personas las que se convierten, casi sin quererlo, en el principal público objetivo; son (o somos) el blanco fácil.
Si tenemos en cuenta que la mayoría de la gente es infeliz con su profesión, es fácil hurgar en la herida recordando lo miserable que es tu vida de casa del trabajo y del trabajo a casa.
Pero ese no es mi estilo. Yo no quiero hacer que te duela más de lo necesario tu forma de llegar a fin de mes. No quiero que reniegues de tu existencia porque la compares con la de otros que supuestamente han estado donde tú y ahora están donde te gustaría estar a ti.
Creo que la empatía es ponerse en el lugar del otro, no engatusarle para que se sitúe en el lugar que tú quieres que esté para ofrecerle lo que a ti te interesa.
Pero ojo, no digo que sea bueno ni malo esa estrategia de conectar con tu público dándole donde más le duele (de hecho, a mí me funcionó para dar el salto); simplemente creo que muchas veces es una empatía forzada.
Y una vez dentro de este mundillo, tras mucha observación, considero que para remover conciencias y levantar culos esclavos de oficinas o cadenas de producción no siempre funciona lo de “yo también estaba como tú y mira lo que he conseguido”.
Es por eso que yo no te voy a incitar a tirarte por el barranco de la deseada libertad financiera y geográfica sin conocer tu historia. Solo te puedo ofrecer la mía y que seas tú la que decidas si has pasado por lo mismo o si te puede servir algo de lo que a mí me funciona, pero no va conmigo lo de aprovecharme de tu debilidad o desesperación para sacarme de la manga el remedio que estás esperando.
Presuponer cómo te sientes o cuál es tu contexto vital me situaría en una posición de superioridad que no es real ni deseable. No soy ni más ni menos que tú. Por eso no me gusta dar consejos universales ni decirte que yo tengo la solución definitiva para tus problemas. No soy psicóloga ni coach. Tampoco una iluminada de la vida deseosa de darme un baño de multitudes que aplaudan a mi paso en un momento de éxtasis colectivo.
No puedo (ni quiero) inventarte a mi medida para ofrecerte un producto o un servicio. Puedo compartir muchos artículos, recursos, programas y herramientas con los que yo me identifico y creo que pueden serte de utilidad o servirte de inspiración, pero te advierto que no tengo ninguna verdad absoluta. Nadie la tiene.
Por eso me gustaría que fueras tú la que tomes las riendas, la que te asomes a este espacio, la que decidas si irte o quedarte y la que pienses por ti misma si empatizas o no…¡Ojalá que sí!, pero si es que no, no te voy a decir que lo que te faltan son las ganas o la actitud, ni voy a regodearme recordándote tu vida de mierda si no actúas pronto mientras te demuestro que mi vida mola todo (entre otras cosas porque no es cierto ni lo uno ni lo otro).
Por eso, esta comunidad emprendética está también para que nos contemos cosas. Me interesa conocer tus inquietudes y frustraciones, tus deseos y tus talentos, tus gustos o tus idas de olla.
Y una vez que nos conozcamos (aunque sea virtualmente), quizá me pueda sentir mínimamente autorizada para decir aquello de que sé cómo te sientes. Entonces me podré poner en tu lugar pensando con la cabeza y el corazón en vez de con el bolsillo. Mientras tanto, debo limitarme a ponerme en mi lugar y esperar a que tú me invites al tuyo si te apetece. Porque la empatía nace, no se hace.
Y hasta aquí lo que te cuento por hoy. Si a ti te apetece compartir algo o contarme simplemente cómo te sientes tú los domingos, me encantará leerte en los comentarios.
Un guiño 😉
Laura Abril
Laura, me encanta lo que escribes y como lo escribes. Aquí tienes una seguidora con ganas de contagiarse de toda la energía que transmites. Mucha suerte con Emprendetica y enhorabuena por lo hecho hasta ahora!
Muchas gracias Myriam! Has estrenado el apartado de comentarios del blog y me ha hecho mucha ilusión leerte a primera hora de la mañana. Me alegro de que te haya gustado lo que has visto hasta ahora y espero que sigas disfrutando de todo el contenido que compartiré a partir de ahora! Un abrazo 🙂
Totalmente de acuerdo, Laura. Ya sabes que entre tú y yo nació esa empatía natural y que sigue creciendo. Aquí tienes una fiel seguidora de Emprendética. Sigue siendo tú misma, vales mogollón.
Un abrazote
Rebeca
Qué te voy a decir que tú no sepas, corazón! compañera de sueños y aventuras que nos quedan por vivir. Ya sabes que se puede, ahora solo tienes que darle duro también a tu proyecto. Aquí me tienes siempre que necesites 🙂 Abrazo gigante! 🙂
Laura, me siento super identificado. Me has dado en “toda la llaga” Jeje. Me tienes en el bote. 😉
Un abrazo enorme y mucho éxito con tu nueva aventura.
jajaja! qué gracia me ha hecho lo de darte “en toda la llaga!” Me alegro de reencontrarte por aquí. Mucho éxito también con el proyecto tan precioso que tienes y el cursito que he visto que estás anunciando! A por ello! Un abrazo!
Ante todo !Enhorabuena!.. Me ha encantado la visión que ofreces de todo este mundo del crecimiento personal. Una visión fresca, diferente y realista se agradece en todo este aborigen de gurús.
Mucha suerte en tu nuevo proyecto y a por un 2020 cargado de ilusiones.
!Un abrazo!
Muchas gracias! La verdad es que es un artículo que va un poco en contra de lo que estamos acostumbrados a aceptar…y es que todo el mundo se pone en tu lugar alegremente sin conocerte de nada. Me alegro de que hayas valorado esta visión como diferente. De eso se trata! Un abrazo y un 2020 lleno de éxitos para ambas! 😉
Laura!!! llevo días queriendo comentarte!
Qué decirte! Esta entrada es lo más sensato y honesto que he leído en años. Y lo mejor de todo es que no me sorprende viniendo de ti. Creo conocerte un poquito y en la lectura te veo fluir de forma transparente, humilde, llena de inquietudes y de mundo interior. Tal cual eres tu.
Qué alegría que hayas dado este paso! y qué VALIENTE! Porque esto de mostrarse a uno mismo, sin vocación de agradar a nadie ni de mercantilizar con las emociones, es como ponerse en una diana de dardos sin idea alguna del resultado. Pero qué bonito que haya gente sin miedo, dispuesta a compartir su forma de ver la vida con una finalidad tan consecuente como la tuya.
Y que nombre más ad hoc! jaja! Porque con este paso nos demuestras que eres toda una atrevida emprendedora, pero con toda la conciencia y ética del mundo. Ole y ole!
Esta mañana le he enseñado tu web a mis compis y se han quedado tiesos. Y yo, obvio, orgullosa.
En alusión a tu bio, identificada en tantas cosas… Tu algunas también las sabes. Y en otras, cuánto he aprendido de ti, de mi y del mundo (las personas) a nuestro alrededor al leerte!
No me voy a poner trascendental. O si! Qué leches! Estos momentos son geniales para eso de la exaltación de la amistad, no?
Que sepas que el momento del día ha sido, después de enseñarle tu web a mis compañeros, soltar por la boca un “qué feliz me siento de tener a alguien como ella en mi vida!” tan espontáneo y por la cara que nos ha hecho partirnos de risa a todos. Y después de las risas, ha venido mi compi Dani a darme una palmadita en la espalda, y me ha exclamando bajito un “que guay, tia!” que me ha hecho reafirmarme en todo lo que acababa de expresar cursilerilmente en voz alta.
Pues eso! Son cosas que te he dicho alguna vez, pero qué bien lo de la etapa esa “superficial” que vivimos (que, en realidad, no lo era tanto); porque todo eso me ha llevado a conocerte y descubrir una persona con alas propias que inspira a otras a volar. Y eso, mola!
Volemos todos leyéndote! (pero no como el que voló de la arbolada, eh? que nos conocemos, jaja)
Te deseo lo mejor en este emprendimiento! Mi Leonardita ha emprendido el vuelo!
Te quiero!
Ro!!!mi corazón!que lo tuyo parece más un post de invitada que un comentario!jaja. Qué derroche de poderío lingüístico,pordió! Me halagan tus palabras no sabes cuánto! Tienes mucha culpa de que yo haya lanzado este proyecto,aunque ni siquiera lo sepas ;p y pronto hablaremos para futuras colaboraciones…no te libras tú de darte a conocer al mundo como mujer emprendètica que ya eres antes de que inventara nada! 😀 Millones de gracias por tus palabras,por la anécdota cursileril y por ser tan requetebuena,jodía! LOVIU!!